DEL
APRENDIZAJE EN LOS MUSEOS CIENCIA Y TECNOLOGÍA
El valor
educativo de los MICT ha sido motivo de controversias y aunque
éste está implícito en los proyectos de cada
museo, se encuentran tendencias polarizadas; desde las que sitúan
al museo como un espacio más para la motivación
que para el aprendizaje, hasta las que intentan explicar el poder
educativo de estos centros desde el Constructivismo y la teoría
de las Inteligencias Múltiples, entre otras. Estas teorías
serán descritas a continuación teniendo en cuenta
a la exhibición como un medio de comunicación a
través del cual se transmiten los conocimientos científicos.
En prácticamente
todos los MICT del mundo las exhibiciones son concebidas como
el medio a través del que se transmite la información
científica. Además para muchos las exhibiciones
proveen un espacio para la interacción y la socialización.
De la interacción
con la exhibición el visitante obtendría el conocimiento
científico que se busca transmitir, y a partir de la socialización
se provee un espacio para la discusión de estos conceptos.
Partiendo de esta idea,
las formas en que interactúa y se comunica el visitante
con la exhibición para aprender configuran, a su vez, las
tendencias pedagógicas en las que se basan los MICT.
La constructivista
es la tendencia que más acogida ha tenido en los últimos
años entre los museólogos. Basándose en teorías
del aprendizaje por reestructuración (Piaget, Vygotsky,
Ausubel, etc) se sostiene que el visitante en su interacción
con su ambiente y a través de la manipulación de
los objetos construye su propio conocimiento.
En esta tendencia se
han fundado los MICT creados en los últimos años.
Así el Papalote Museo del Niño en México,
según Mercedes Jiménez del equipo de educación,
"inició basado en el constructivismo, es decir, Piaget,
Vygotsky y Montesorri". De igual manera, Claudia Rodríguez
del equipo de educación de Maloka, afirma que "cuando
se fundó Maloka se buscaba ir hacia las teorías
que tienen los centros de ciencia y tecnología, por ejemplo
la de Piaget, ahora está muy de moda la de Vigotsky. En
resumen, esta tendencia viene a que muchas personas se dieron
cuenta de la aplicación de la teoría constructivista,
sobre el aprendizaje en la relación del sujeto con el objeto,
en la interacción de estos museos".
En ambos casos se reproduce
la tendencia mundial hacia el constructivismo, pero también
se admite que "sin embargo el proceso de los museos interactivos
más que una teoría pedagógica muy bien fundamentada
y muy pensada ha surgido de la experimentación". Lo
anterior lo corrobora Jiménez cuando habla sobre la flexibilidad
para la implantación de nuevas teorías en el Papalote.
"Sin embargo, somos un museo dinámico que siempre
busca nuevas formas de aplicar teorías de vanguardia y
así ofrecer la mejor calidad a nuestros usuarios".
En ese mismo sentido,
Claudia Rodríguez afirma "ahora lo que pasa es que
muchos museos empiezan con teorías pedagógicas generales
como las de Piaget y el constructivismo, pero a través
del tiempo, dependiendo del contexto, de las condiciones específicas
que tienen y la misma sociedad en la que se encuentran inmersos
tienen que empezar a crear su propia propuesta pedagógica..".
Esto explica por qué,
aunque la base más fuerte sea la constructivista, se utilicen
elementos de otras teorías como fórmula para buscar
una explicación integrada a la forma en que se aprende
en los MICT. Así, veremos cómo teorías como
la de las Inteligencias Múltiples, de Howard Gardner, y
la de Mihaly Csikszentmihaly sobre el Aprendizaje Intrínsecamente
Motivado, entre otras, se han ido añadiendo para explicar
muchos de los fenómenos de interacción y aprendizaje
en los MICTs.
Lo Constructivista
de los MICT
Linda R. Edeiken, de
la Association of Youth Museums de Estados Unidos de Norteamérica,
resalta que "las teorías de Jean Piaget con respecto
a la importancia de la experiencia directa (interacción
con el ambiente) en la formación de las estructuras cognitivas
tienen actualmente un enorme impacto en los museos de los niños"
-estos museos hacen parte de la tendencia interactiva de este
tipo de instituciones-. Asimismo, Edeiken, destaca los aportes
de Lev Vygotsky y Reuven Feuerstein, que con sus teorías
sobre el aprendizaje mediatizado basados en la interacción
social animaron la experiencia de este tipo de museos.
Según Cigrid
Falla, jefe de exhibiciones de Maloka, "se habla de un museo
constructivista en el que se busca que las personas a partir de
su propio conocimiento, de la experiencia y en la mediación
con otros elementos y otras personas dentro de su sociedad, construyan
el conocimiento... Entonces a partir de estos elementos... se
busca que cuando una persona se aproxime a un modulo interactivo
tenga una interacción con un fenómeno que le permita,
a partir de la observación y de la experimentación,
construir un concepto dado a partir del conocimiento que trae
de atrás, de lo que pudo haber leído, del trabajo
en sociedad. En este caso el grupo es muy importante -la mediación
de los guías y de los profesores- en el proceso de construcción".
De otro lado, Mercedes
Jiménez, postula la manipulación de objetos como
eje fundamental del proceso interactivo cuando retoma a Piaget
para afirmar que "el sujeto toma conciencia del objeto cuando
lo manipula". Ese mismo concepto es manejado por Claudia
Rodríguez, quien aclara que en Maloka "hay interactividad,
que es la manipulación de objetos y tiene que proveerte
algún tipo de experiencia, que tu salgas de alguna forma
tocado por la ciencia y que te motive a seguir con ese proceso...".
De tal forma podemos
inferir que los elementos retormados por los MICT de la Teoría
Constructivista son: primero, que el individuo es quien construye
su propio conocimiento; segundo, que adquiere ese conocimiento
a través de la manipulación de los objetos de la
realidad en su interacción con el ambiente; y tercero,
que se aprende echando mano de las experiencias previas (asociación
de ideas).
Sin embargo, siendo
que al interior del Constructivismo hay elementos -posiblemente
opuestos- que varían de una a otra tendencia, se hace difícil
comprender en cuál de esas tendencias se basan realmente
los MICT para enseñar, dado que parece ser que para éstos
no hay límites entre autores como Piaget o Vigotsky, que
tienen claras diferencias en lo que respecta a la instrucción
como forma de adquirir el conocimiento científico -que
es el conocimiento verdadero- o en lo que respecta al uso de la
asociación como forma menor de conocimiento. Sobre esta
incongruencia volveremos adelante, por ahora nos concentraremos
en ubicar cada uno de los elementos establecidos en el párrafo
anterior cotejando su validez a través de las teorías
constructivistas.
Para empezar valga
la pena aclarar de manera general lo que es el constructivismo:
El constructivismo es una teoría cognitiva del aprendizaje,
cuyos padres son Piaget y Vigotsky. Su rasgo fundamental está
en ver a la mente del ser humano como una estructura que cambia
a través de la experiencia con la realidad, de tal modo
que todo conocimiento debe ser estructural para intentar acomodarse
en la mente del individuo.
La información
de la realidad es extraída por cada individuo a través
de la manipulación, física o mental, de los objetos
de ésta. Para Piaget esta manipulación se da de
manera directa entre el sujeto y el objeto, el sujeto construye
su conocimiento a partir de su interacción directa con
el objeto; mientras que para Vigotsky la información se
extrae indirectamente, el conocimiento es un producto cultural
que el individuo reconstruye a partir de su interacción
con otros individuos. En ambos casos se trata de extraer las características
generales, que como conjunto o estructura, tienen los objetos,
sucesos o hechos de dicha realidad.
Esa información
estructural del objeto es interiorizada y para que pueda convertirse
en un conocimiento verdadero debe necesariamente producir un conflicto,
que perturbe la estructura cognitiva del individuo, para que obligue
a ésta a reacomodarse y permitir que ese nuevo conocimiento
se establezca como una nueva estructura en la mente. A estos procesos
conflictivos y reacomodantes se les conoce con diferentes nombres,
pero dan al final el resultado de que la estructura del conocimiento
específico conflictuado se ha reestructurado, dando origen
a una nueva concepción sobre ese conocimiento específico.
Vale la pena aclarar
el concepto de reestructuración, dado que éste aparecerá
como eje fundamental en los siguientes párrafos. Tenemos
entonces que "la reestructuración es un proceso complejo,
que requiere la convergencia de diversas condiciones para su ocurrencia.
Así hemos señalado que la reestructuración
no es un producto directo de la conducta de los objetos, no se
corresponde con ellos. Mas bien es un producto de la toma de conciencia
de que las estructuras conceptuales no se corresponden con la
realidad sobre la que se proyectan". De esta manera la reestructuración,
en su sentido más amplio, sólo puede llevarse a
cabo por "la confrontación de las teorías con
la realidad, del sujeto con el objeto", puesto que los datos
no cambian directamente las teorías o estructuras conceptuales,
porque éstas no representan la realidad sino que son un
modo útil de representarla. O en palabras de Lakatos "no
son nunca los datos los que refutan las teorías; es la
aparición de otra teoría mejor".
Entremos pues a determinar
las bases teóricas que fundamentan los tres ejes constructivistas
en el aprendizaje en los MICT.
a) En cuanto a que
es el sujeto el que construye su propio conocimiento: Esta afirmación
es parcialmente cierta en el sentido de que mientras Piaget concibe
que es el individuo quien a través del descubrimiento -o
de la adquisición espontánea- logra generar la reestructuración
de las estructuras logico-cognitivas que ha especializado a través
de su desarrollo, logrando construir un conocimiento individual
de la realidad; para Vigotsky esa reestructuración efectivamente
se produce internamente, pero necesariamente parte de las relaciones
entre seres humanos para luego internalizarce.
En ese sentido "sería
un proceso de internalización o transformación de
las acciones externas, sociales, en acciones internas, psicológicas.
La ley fundamental de la adquisición de conocimiento para
Vigotsky afirmaría que éste comienza siendo siempre
objeto de intercambio social, es decir, comienza siendo interpersonal
para, a continuación, internalizarse o hacerse intrapersonal".
En este aspecto, que
el sujeto es quien construye su propio conocimiento, cabe hacerle
una crítica más a la teoría piagetiana, "tal
y como señala Toulmin existe un cierto finalismo en las
formulaciones piagetianas, según la cual el desarrollo
conduce necesariamente a la formación de cierto tipo de
estructuras lógicas, correspondientes al pensamiento formal.
Resulta en cierto modo paradójico que cada persona construya
individualmente su propio conocimiento y al final todas las personas
acaben construyendo el mismo conocimiento". Esto es que las
etapas de desarrollo plenamente definidas por Piaget para todo
ser humano de alguna forma determinan para todos lo que se puede
o no aprender, condicionando necesariamente el aprendizaje netamente
individual.
Así cuando en
los MICT, basados en el constructivismo en general -no especificando
sobre qué tendencia-, se afirma que el visitante construye
su propio conocimiento se está incurriendo en una doble
contradicción. Por una lado, contrario a lo que afirma
Vigotsky, queda claro que Piaget es el único que afirma
que el conocimiento se construye individualmente; y por otro,
tal y como lo señaló Toulmin en la cita anterior,
la teoría de Piaget se enfrenta a una profunda contradicción
que necesariamente condiciona el que cada individuo pueda construir
su propio conocimiento.
Por tanto, resultaría
preocupante que se deje de lado la teoría vigotskiana,
que tantas ventajas a demostrado en el aprendizaje construido
a partir de la socialización, así como en la instrucción
como método primordial para llegar al conocimiento verdadero.
En este sentido Ausubel, quien ha desarrollado basado en Vigotsky
una metodología constructivista de la enseñanza-aprendizaje,
"cree, al igual que Vigotsky, que, para que esa reestructuración
se produzca se precisa de una instrucción formalmente establecida,
que presente de modo organizado y explícito la información
que debe desequilibrar las estructuras existentes" (el resaltado
es nuestro).
Aunque en muchos museos
se ha demostrado la importancia de interactuar con las exhibiciones
de manera grupal o por parejas, es necesario rescatar la necesidad
de que el visitante, en la interacción con la exhibición,
esté acompañado por una persona que le provea de
información significativa para que le genere a la vez un
aprendizaje significativo a éste.
En tal sentido es importante
que Maloka llegue a tal punto, resaltado por Cigrid Falla cuando
dice "por eso se busca que cuando una persona se aproxime
a un módulo interactivo tenga una interacción con
un fenómeno que le permita, a partir de la observación
y de la experimentación, construir un concepto dado a partir
del conocimiento que trae de atrás, de lo que pudo haber
leído, del trabajo en sociedad, en este caso el grupo es
muy importante así como la mediación de los guías,
de los profesores en el proceso de construcción".
Vale resaltar que esa persona mediadora, guía o maestro,
debe conocer la dinámica del museo y cómo generar
en el visitante un aprendizaje significativo que lo lleve a reestructurar
su conocimiento.
b) El sujeto construye su conocimiento a través de la manipulación
de los objetos de la realidad en su interacción con el
ambiente: Metodologías de aprendizaje desarrolladas a principios
del siglo pasado, como es el caso de la Pedagogía Activa,
más tarde conocida con el nombre de Escuela Nueva, formuló
sus bases sobre la adquisición de conocimientos por medio
de la manipulación directa de los objetos de la realidad
por parte del propio individuo. De está manera este tipo
de práctica educativa, enunciada en un pincipio por Rousseau,
y a la que posteriormente se sumaron aportes de autores como Jhon
Dewey, Declory y María Montessori, se constituyó
en la pedagogía de la experimentación, del conocimiento
adquirido como causa y resultado de la propia experiencia.
Su eje de enseñanza es el aprender haciendo, se aleja del
aula como espacio principal de transmisión del conocimiento,
para desplazarse a otros espacios más abiertos donde el
alumno pueda involucrarse directamente con la realidad que lo
rodea, y así convertirse en sujeto activo y partícipe
de su propio aprendizaje. La postura de la pedagogía activa,
sugiere que el individuo pueda abstraer de forma espontánea
e ingenua, las características de los objetos por medio
de la mera experiencia con ellos y así llegar a un conocimiento
profundo de los mismos.
Pese a todos los cambios
conceptuales que brindó este tipo de práctica a
la disciplina pedagógica, se queda corta a la hora de enfrentar
un estudio científico de su fórmula para el aprendizaje;
"el cómo esta experiencia y manipulación (de
los objetos de la realidad) se convierten en conocimiento general
y abstracto, es una pregunta no resuelta teóricamente por
el activismo; simplemente se asume que la experiencia tiene en
sí misma la capacidad de organizar el conocimiento y garantizar
su retención. Como si fuere necesario quemarse para comprender
el efecto del fuego o haber vivido en la época colonial
para asimilar el sentido y las características de la independencia
americana".
Piaget retoma de alguna
forma la concepción de la Pedagogía Activa cuando
en su teoría está implícito que la interacción
con el ambiente es necesaria en un primer momento, en el cual
se extrae información específica del medio (a través
de aprendizaje en sentido estricto representado por el condicionamiento
clásico y operante conductistas) de forma asociativa o
memorística para luego, de producirse desequilibración,
interpretarla a través de la asimilación en función
de sus estructuras conceptuales disponibles o, lo que es lo mismo,
asimilar los objetos de la realidad respecto al significado que
individualmente se les atribuya; "El mundo carece de significados
propios y somos nosotros los que proyectamos nuestros propios
significados...".
Luego de esa asimilación
viene la acomodación , gracias a ésta "nuestros
conceptos e ideas se adaptan recíprocamente a las características,
vagas pero reales, del mundo" -favoreciendo la equilibración
de lo desequilibrado-. Lo anterior "supone no sólo
una modificación de los esquemas previos en función
de la información asimilada, sino también una nueva
asimilación o reinterpretación de los datos o conocimientos
anteriores en función de los nuevos esquemas construidos".
Para el mismo Piaget estos procesos están sujetos a una
implicación mutua; sin el uno el otro no podría
darse el otro y a la inversa, y sin esta relación no habría
reestructuración y por lo tanto tampoco aprendizaje verdadero.
Sin embargo, para que
se den los procesos de asimilación y acomodación
-como un continuo reestructurante del conocimiento- Piaget y García
encuentran que todo conjunto de esquemas organizados se ven sometidos
a tres tipos de análisis (este análisis se hace
con respecto a los objetos de conocimiento e implica la manipulación
cognitiva del objeto mismo), lo que implica una reorganización
jerárquica progresiva: El análisis intraobjetal,
mediante el cual el individuo extrae una serie propiedades del
objeto; el análisis interobjetal, por el que se establecen
relaciones entre los objetos o características antes descubiertos;
y análisis transobjetal, por el que se establecen vínculos
entre las diversas relaciones construidas, generando un sistema
o estructura total de acuerdo a lo analizado.
Es claro que para Piaget
la interacción con el medio ambiente le permite al individuo
abstraer elementos de la realidad y manipularlos cognitivamente
para comprender esa realidad que le rodea. Sin embargo, esa abstracción
sólo está presente en un primer momento, hasta que
se analiza el objeto. Así, para Piaget la manipulación
del objeto se logra de manera real cuando se ha tomado conciencia
de éste, es decir, de sus propiedades. Esa toma de conciencia
de las propiedades de los objetos (abstracción empírica)
llevará a una abstracción reflexiva o toma de conciencia
sobre cómo se pueden aplicar los conocimientos a ese objeto;
es en esta segunda toma de conciencia en la que se puede llegar
a la reestructuración del conocimiento.
De otro lado, Vigotsky,
basado en la concepción que Federico Engels tenía
sobre la actividad como motor de la humanización, basa
su psicología en la actividad misma, considerando que el
hombre "no se limita a responder a los estímulos sino
que actúa sobre ellos, transformándolos. Ello es
posible gracias a la mediación de instrumentos que se interponen
entre el estímulo y la respuesta".
A través de
esos instrumentos (la herramienta y el signo) Vigotsky, al igual
que Piaget, plantea una adaptación activa basada en la
interacción del sujeto con su entorno. Sin embargo, para
Vigotsky es con la herramienta con la que se modifican o manipulan
los objetos. "La función de la herramienta no es otra
que la de servir de conductor de la influencia humana en el objeto
de la actividad; se halla externamente orientada y debe acarrear
cambios en los objetos. Es un medio a través del cual la
actividad humana externa aspira a dominar y triunfar sobre la
naturaleza. Por otro lado, el signo no cambia absolutamente nada
en el objeto de una operación psicológica. Así
pues, se trata de un medio de actividad interna que aspira a dominarse
a sí mismo; el signo, por consiguiente, está internamente
orientado".
En lo referente a los
MICT, el tener en cuenta las anteriores teorías especifica
el por qué, dentro su teoría del museo constructivista,
éstos le dan tanta importancia a la participación
activa del visitante. Sólo, a través de la actividad,
de la interacción con los fenómenos mismos de la
naturaleza, se puede adaptar la realidad del mundo. Sin embargo,
las exhibiciones debe estar estructuralmente bien planteadas para
proveer de la información suficiente al visitante, para
que éste a su vez reestructure su conocimiento sobre los
fenómenos que le han sido presentados.
c) El sujeto construye
su conocimiento utilizando sus experiencias-conocimientos previos:
La afirmación recurrente en los MICT de que el visitante
utiliza sus experiencias previas para aprender pareciera remontarnos
al aprendizaje asociativo -de tendencia conductista-, en el que
su padre, Aristóteles, postula que el conocimiento se alcanza
mediante la asociación de ideas viejas con nuevas ideas.
Lo anterior nos llevaría
a pensar que hay un cierto dejo conductista dentro esa teoría
que pretende ser el museo constructivista. Compleja paradoja teniendo
en cuenta que "un rasgo central del conductismo, como corriente
asociacionista, es, por tanto, su anticonstructivismo". Esa
paradoja se incrementa si tenemos en cuenta que el conductismo,
como teoría del conocimiento, se quedó en la explicación
sobre cómo surgen los conceptos pero nunca llegó
a explicar cómo se organizan y modifican en la mente; lo
que sugeriría necesariamente que en los MICT no se aprende,
simplemente se obtienen ideas nuevas -retenidas memorísticamente-
que producirían cambios conductuales o actitudinales en
los visitantes con respecto a lo visto en el museo.
El asociacionismo visto
así ha sido duramente criticado por los constructivistas
y ha sido relegado a un segundo plano. De tal forma para Piaget
el aprendizaje por asociación, entendido como la suma de
pequeños aprendizajes puntuales -reproductivos o memorísticos-,
está subordinado al aprendizaje de conocimientos específicos
y depende por completo del desarrollo de estructuras cognitivas
generales. "Esta posición de Piaget con respecto a
las relaciones entre aprendizaje y desarrollo le lleva a negar
cualquier valor explicativo al aprendizaje por asociación...
esta posición lleva a reducir el aprendizaje asociativo
a una situación especial de aprendizaje por reestructuración".
Por su parte Vigotsky
no niega de tajo la importancia del aprendizaje asociativo, aunque
coincide con Piaget "en que es un mecanismo claramente insuficiente".
En este sentido Vigotsky, considerando que se pueden adquirir
dos tipos de conceptos, los espontáneos y los científicos,
afirma que los del primer tipo son los que se pueden adquirir
por métodos asociativos -por abstracción de las
características del objeto-, mientras que los conceptos
científicos -conocimientos verdaderos- se adquieren por
reestructuración de su sentido en su relación jerárquica
con otros conceptos dentro de la estructura cognoscitiva general.
Sin embargo, aunque los espontáneos y los científicos
son conceptos que se adquieren por vías diferentes, para
Vigotsky, ambos son posibles teniendo en cuenta que forman parte
de una pirámide de conceptos en los que unos están
supraordinando a otros, por lo que éstos a su vez están
subordinados por aquellos. Así, del significado que adquieren
con respecto a otros conceptos de esa pirámide nacen los
conceptos científicos; mientras que los espontáneos
surgen a partir de los objetos a los que se refieren, pero servirían
en últimas para llegar -en algunos casos- al conocimiento
científico o verdadero.
En cualquier caso y
sin dejar de lado la importancia de la asociación, Ausubel
-quien ha construido una teoría constructivista de la instrucción
sustentada en los planteamientos de Vigotsky-, afirma que "el
aprendizaje significativo (por reestructuración) será
generalmente más eficaz que el aprendizaje memorístico
o asociativo. Esa mayor eficacia se debería a las tres
ventajas esenciales de la comprensión o asimilación
sobre la repetición: producir una retención más
duradera de la información, facilitar nuevos aprendizajes
relacionados y producir cambios profundos o -significativos- que
persisten más allá del olvido de los detalles concretos''.
Sin embargo para Ausubel,
el sujeto que vaya adquirir un nuevo conocimiento de manera significativa
valiéndose de conocimientos anteriores, lo que hace es
asociar un nuevo material conceptualmente estructurado a través
del lenguaje -con significado propio- a las estructuras que posee;
no basta con que este nuevo conocimiento esté compuesto
por una asociación simple de ideas relacionadas arbitrariamente.
En efecto, sería una asociación entre estructuras;
la del significado del concepto nuevo y la cognitiva del sujeto
mismo.
Flórez, resaltando
la importancia que Ausubel le presta a los conceptos previos,
clarifica el papel de éstos en la formación y estructuración
de un conocimiento de tipo constructivista. ''Para que la asimilación
activa y duradera del nuevo conocimiento científico se
convierta en un aprendizaje significativo, el aprendiz requiere
disponer del lenguaje y de ciertas ideas previas mas generales
pero pertinentes al nuevo conocimiento. Tales ideas abarcadoras
relacionan, ubican e incorporan pertinentemente el aprendizaje
en la estructura cognitiva previa, y por eso Ausubel los denomina
organizadores previos. La disponibilidad de semejante recurso
codificador facilita la adquisición significativa, no memorística
de los aprendizajes, eleva su consolidación y retención
y amplia las posibilidades de transferencia y de solución
de problemas, en la medida en que tales organizadores previos
(suministrados al aprendiz por el maestro) sean claros y estables
y permitan destacar o resaltar las diferencias entre el nuevo
aprendizaje y el conocimiento preexistente ante los ojos del aprendiz''.
En conclusión,
no toda idea previa permitirá llegar a un aprendizaje real,
sólo aquellas con potencial relacional serán las
que le sirvan al visitante a la hora de comprender un concepto.
Así, toda exhibición deberá incluir elementos
que evoquen conceptos (o pseudoconceptos) estructurales previos
-con significado propio- sobre el fenómeno mismo que se
le presenta al visitante, aludir a su vida cotidiana, para que
de esta manera se le facilite asimilar y acomodar de manera más
fácil el nuevo conocimiento.
Las Inteligencias
Múltiples
Esta teoría
ha sido adecuada, paralela al constructivismo, para explicar cómo
aprende el visitante en los MICT. La teoría de las Inteligencias
Múltiples (IM) surgió de las investigaciones sobre
el potencial humano que un equipo multidisciplinario de la Universidad
de Harvard llevó adelante, en el cual había psicólogos
y neurobiólogos, y vio la luz en el libro Frames of mind
del que Howard Gardner es autor.
Gardner afirma que
"Inteligencia Múltiple es una teoría acerca
de cómo la gente aprende y comprende el mundo que los rodea.
Es una teoría de funcionamiento cognoscitivo y propone
que cada persona tiene la capacidad en cada una de las ocho inteligencias.
Algunos de nosotros estamos más desarrollados en algunas
áreas, moderados en otras y relativamente bajo desarrollo
en las demás. Las ocho inteligencias trabajan juntas de
una manera única en cada persona".
"Las áreas
son lingüística o la inclinación a pensar en
palabras, lógica-matemática o la inclinación
a pensar por razonamiento, espacial o la inclinación a
pensar con imágenes y figuras, sensación del cuerpo
o la inclinación a pensar a través de las sensaciones
somáticas (sentir, tocar, mover
.), musical o inclinación
a pensar vía ritmos y melodías, interpersonal o
inclinación a pensar por ideas de otras personas, naturalista
o habilidad de pensar usando un modelo o símbolos y relacionar
ideas a fenómenos naturales, e intrapersonal una tendencia
a pensar a través de reflexión y conexiones personales".
Según el mismo
Gardner lo más importante es que las inteligencias múltiples
no pueden ser un objetivo. Son un instrumento, una técnica,
una estrategia.
Gardner planteó,
en la conferencia anual de la Asociación Americana de Museos
de 1988, una ponencia sobre como diseñar exhibiciones para
aprovechar el potencial de las IM. En ésta propone incluir
en las exhibiciones elementos que estimulen cada una de las 8
inteligencias del visitante.
Según, Robert J. Semper, "en los mejores museos el
aprendizaje es multisensorial y las exhibiciones apoyan muchos
estilos y capacidades de aprendizaje... producen sonido y estimulan
el tacto, usan con frecuencia experiencias quinésicas,
juegan con las palabras, las relaciones espaciales y los sonidos
intrigantes, así como con el texto y las imágenes.
Debido a esta riqueza los museos y las exposiciones tienen la
oportunidad de conectarse con muchas modalidades diferentes de
aprendizaje que la gente usa". Esto favorecería, en
la interacción con la exhibición, la estimulación
de las IM y generaría lo que Gardner denomina las experiencias
cristalizadoras, definidas como "actividades en las que uno
especialmente se involucra, que dejan una huella y permiten resignificar
nuestras comprensiones".
El Aprendizaje
Intrínsecamente Motivado
Esta teoría
estudiada por Mihaly Csikszentmihalyi, profesor de psicología
de la Universidad de Chicago, propone una serie de elementos que
motivan al visitante internamente a aprender en su interacción
con las exhibiciones.
El aprendizaje intrínsecamente
motivado, se definiría como algo que estimula de manera
espontánea al visitante para adentrarse por sí solo
a establecer una interacción real con la exhibición.
"Los factores intrínsecos -como por ejemplo la curiosidad,
el disfrute de aprender y el dominio de los desafíos- también
conforman potentes herramientas motivacionales. La curiosidad
es un impulso fundamental tanto en los seres humanos como en los
animales y, por obvias razones evolutivas, es una actividad disfrutable".
Los estudios de Csikszentmihalyi
a cerca del aprendizaje intrínseco señalan como
una actividad propia del ser humano la capacidad de asumir retos,
en este sentido "esta clase de aprendizaje tiene éxito
solamente cuando el desafío está cerca pero levemente
por encima del nivel de destreza de la persona y cuando la retroalimentación
es inmediata. Si el desafío es demasiado fácil,
no hay nada que cuestionar; si es demasiado difícil, no
hay oportunidad de experimentar el sentimiento de logro que acompaña
al éxito".
Es claro que esta teoría
no se contrapone sino más bien apoya otro tipo de aprendizajes,
como por ejemplo el constructivista, en la medida que estos inviten
al aprendiz a aprender. Rafael Flórez, en tal sentido y
refiriéndose a la lúdica afirma que "quizá
la recuperación de este principio pedagógico permitiría
también rescatar para la seriedad académica otra
pulsión destacada por lo pedagogos como lo es el llamado
instinto de exploración, o curiosidad en el niño,
que se ha ido perdiendo a medida que el alumno asciende por los
escalones de la escolaridad".
El Aprendizaje Significativo
de Ausubel de cierta manera reconoce la necesidad de la motivación
intrínseca en el aprendizaje pues "dado que comprender
requiere siempre un esfuerzo, la persona debe tener algún
motivo para esforzarse... Por más significativo que sea
un material, si el alumno o aprendiz no está dispuesto
a esforzarse en relacionar y se limita a repetir el material,
no habrá aprendizaje significativo".
Con base en esto, el
diseño y puesta en marcha de las exhibiciones debe contemplar
aspectos que inviten al visitante a buscar soluciones a problemáticas,
para lo cual es necesario planear diferentes niveles de desafío,
de acuerdo a los intereses y capacidades de los visitantes.
Múltiples
Formas de Aprender e Interacción Simbólica
Múltiples
Aprendizajes
Esta tendencia ha sido
desarrollada por la directora de la maestría en museología
de la Universidad de Montreal en Canadá, Colette Dufresne-Tasseé,
quien postula que la adquisición de conocimiento se puede
suceder de tres formas; "por la adquisición de hechos,
su comprensión y el significado que el visitante les otorgue".
Para lograr lo anterior Dufresne parte de la premisa de que debe
haber una interacción óptima, en el sentido de que
el contenido de una exhibición se adapte al funcionamiento
psicológico del visitante. "Cuando se logre eso el
visitante no sólo observará la exhibición,
la manipulará y asimilará los hechos, sino que organizará
estos hechos de tal modo que comprenderá el fenómeno
con el cual ha entablado una relación".
Para lograr una eficaz
adaptación de la exhibición al funcionamiento psicológico
del visitante se requiere además, según las investigaciones
de Dufresne, aumentar la variedad y el poder de los estímulos
presentados por las exhibiciones, consiguiendo que los individuos
se empoderen del proceso interactivo. Esto le permitirá
al visitante buscar para comprender (teoría que postuló
F. Oppenheimer, fundador del Exploratorium), en el sentido de
que se lleva al visitante a reproducir la dinámica científica
del descubrimiento.
Es ese descubrimiento
el que se genera a partir de una o de las tres etapas antes mencionadas,
que para Dufresne también son etapas de adquisición
de conocimiento.
En la primera o recopilación
de información y/o hechos el visitante encuentra estos
elementos de dos formas; a través de lo que observa o los
extrae de las etiquetas que lee.
Luego, en la segunda o comprensión de la información
recolectada el visitante intenta explicarse cómo está
hecho el objeto de análisis, cómo funciona éste,
por qué existe la cosa y finalmente por qué el objeto
es como aparece ante él (el visitante, por lo general,
sólo se cuestiona uno de estos cómos para tratar
de entender la información de la exhibición).
Finalmente se da la
tercera o reflexión sobre la información considerada,
en la que el visitante reflexionando obtiene nuevas significaciones
a partir de un conjunto de observaciones.
En conclusión,
para Dufresne, "1) el visitante ha hecho intervenir su capacidad
de razonar sobre la información adquirida; 2) frecuentemente
apela a sus conocimientos previos; 3) utiliza estos y su nueva
adquisición con lo que ya sabia, asegurando así
lo que los educadores llaman la integración de un nuevo
aprendizaje; y 4) este razonamiento da lugar a un razonamiento
afectivo: el visitante percibe lo que acaba de conseguir y se
muestra satisfecho".
Aunque para Dufresne
el aprendizaje se puede dar en cualquiera de las etapas del descubrimiento,
lo cual recalca al entender cada una de éstas como formas
diferentes de aprendizaje, está implícito en su
discurso el hecho de que es más significativo el aprendizaje
de la última etapa, por ser el más completo de todos
y el que más gozo genera en el visitante. Así Dufresne,
sin reconocerlo, está planteando que más que formas
distintas de aprendizaje, las planteadas son etapas subsecuentes
y necesarias para llegar a un aprendizaje exitoso que produzca
satisfacción.
De ser así,
no habría múltiples formas de aprender sino una
única forma de hacerlo, en la que se seguiría un
proceso para llegar a la adquisición de conocimientos que
al final brindaría satisfacción por el logro alcanzado.
Lo preocupante de las afirmaciones de Dufresne radica en que no
queda claro si este proceso siempre se cumple a cabalidad. De
no llegar a la última etapa ¿habrá el visitante
aprendido algo o sólo habrá obtenido información
factual no reflexionada? ¿Podrá concebirse ésta
como aprendizaje?
Estilos de Aprendizaje
La psicóloga
y teórica del aprendizaje Bernice Mc.Carthy a caracterizado
cuatro formas, que van desde lo abstracto hacia lo concreto, en
las que los visitantes perciben y procesan información
en la interacción con la exhibición.
Según esto los
aprendices se agrupan en las siguientes categorías.
Imaginativos: Son aquellos
que buscan responder a la pregunta del porqué. Ellos aprenden
a través de la escucha y el asocio de ideas, basando sus
evaluaciones en la experiencia directa. Muestran interés
en las exhibiciones que tienen videos y entrevistas, así
como por aquellas que son explicadas por guías o profesores.
Analíticos: Están interesados en responder el qué.
Buscan la información y los hechos, y necesitan saber qué
opinan los expertos en el tema. Su interés particular se
centra en la abstracción de conceptos y la información
detallada. Este grupo de visitantes probablemente adore leer por
completo la información de las etiquetas dedicándole
un prolongado espacio de tiempo a cada exhibición.
De sentido Común: Se preguntan cómo funcionan las
cosas. Disfrutan solucionando problemas e integrando la información
a través de la experiencia práctica. Las exhibiciones
ayudan a este tipo de aprendices a percibir y procesar la información
de una manera más completa.
Dinámicos: Buscan responder la pregunta qué pasaría
si...: Aprenden a través del ensayo y el error, y creen
en sus propios descubrimientos. Son quienes probablemente van
a través de la exhibición fuera de la secuencia
programada y tratan de interactuar con sus componentes antes de
leer las instrucciones.
Para Mc.Carthy el diseño
de las exhibiciones "deben proveer algo para todos los tipos
de aprendices con el objetivo de aprovechar los diferentes ángulos
del sujeto -interés humano, explicaciones y ejemplificaciones-,
usando una gran variedad de técnicas interpretativas incluyendo
así etiquetas ricas en información, oportunidades
para solucionar problemas, elementos interactivos y explicaciones
en vivo de docentes o guías. Sin embargo lo más
importante en el diseño de las exhibiciones es tratar de
reunir las necesidades de los cuatro estilos de aprendizaje, haciendo
posible para los visitantes encontrarle sentido a los hechos desarrollados
en su interacción y en sus propios descubrimientos".
Interacción
Simbólica
Sheldon Annis, principal
exponente de esta tendencia sugiere la existencia de tres niveles
generales de interacción; el onírico, el pragmático
y el cognitivo.
Espacio Onírico
o simbólico. Donde las fantasías y los recuerdos
son asociados, y los objetos y eventos toman un carácter
personal. Según Julián Betancourt "La mente
y el ojo del espectador captan de modo irracional ciertos objetos
que conmueven la memoria y provocan asociaciones donde se mezclan
los fantasmas, los deseos y las angustias".
Espacio Pragmático o de interacción social. Donde
la persona, más que el objeto, es el centro, y el museo
pasa a convertirse en un evento social. Para Betancourt "en
este sentido los recorridos que el visitante elija pueden tener
significados independientes de los propuestos por el museo...
al igual que el espacio onírico, está permeado por
el campo del juego... el juego desarticula un imaginario social
sobre la ciencia... ahora, en lugar de ello, surge la emoción,
la sorpresa, el goce y la re-creación. Valores que casi
nunca son tocados...Todo lo anterior contribuye a ambientar el
clima de la exposición y permite la entrada al espacio
cognoscitivo".
Espacio Cognitivo. Donde las personas adquieren un real conocimiento.
Betancourt, citando a Annis, lo describe como "el ambiente
que corresponde al pensamiento racional y al orden asignado. En
los museos, es el espacio definido por un subconjunto de símbolos
que el espectador manipula a fin de adquirir 'conocimiento o educación'
".
Según Betancourt,
refiriéndose la espacio cognitivo, "también
está permeado por el campo del juego en la medida en que
la exploración posibilita la re-creación: 'son mis
descubrimientos'; y en esto existe gozo y emoción. Puede
que la interpretación realizada no tenga nada que ver con
la ciencia o puede que sí, de todas formas hay emoción.
En el primer caso tenemos un proceso cognitivo que interpreta
lo descubierto, lo vivido, de acuerdo con significados particulares.
En el segundo caso tenemos que los referentes e intencionalidades
educativas de la exposición han tenido resonancia y de
alguna manera los elementos de la ciencia han sido referentes
en el proceso de significación".
Juego y Aprendizaje
Son muchos los MICT
que dicen enseñar la ciencia a través del juego.
El lema del Museo de los Niños de Bogotá es "aprender
jugando", y otros lo toman tangencialmente, pero cada vez
le dan más importancia al juego como elemento motivador
del aprendizaje. En este sentido Claudia Rodríguez, al
referirse a la propuesta pedagógica de Maloka afirma que
ésta se configura "como un aprendizaje libre... tratando
de abordar el aprendizaje desde lo no formal y de manera lúdica,
casi aprender jugando, aprender experimentando, aprender manipulando...".
Autores como Robert
Semper basados en estudios sobre la lúdica, desarrollados
por Jerome Bruner y Michael Polanyi, recalcan la importancia de
jugar con objetos e ideas como parte del proceso de aprendizaje,
situación que con frecuencia se pasa por alto. "De
hecho, se juzga al juego como una actividad para niños
y con frecuencia no se le considera en lo absoluto algo serio.
La atmósfera lúdica de los centros de ciencias lleva
a mucha gente a pensar en estos como lugares exclusivamente destinados
a los niños... Sin embargo, el juego es un asunto serio
en la educación para la ciencia. Lleva al desarrollo de
habilidades de observación y experimentación y a
la comprobación de ideas; y ofrece la oportunidad de descubrir
por uno mismo un orden en la naturaleza".
Esta tendencia ha sido
asumida como factor principal en la filosofía de museos
como el del la Ciencia y el Juego de Colombia -visión que
se entrevé en los apartes del artículo de Julián
Betancourt en el título inmediatamente anterior- y en el
Papalote Museo del Niño de México, del que Mercedes
Jiménez afirma "nuestra principal herramienta es el
juego y a través de él abordamos los temas que son
tratados en el museo... no es lo mismo ver textos y textos que
te expliquen lo que estás viendo, que realizar una combinación
de música, letras, sonidos, olores y ambientes divertidos
para explicar algún fenómeno o tema...".
Se ha hablado del juego,
como herramienta pedagógica, desde el siglo XIX, Froebel
"reconocía en el juego la máxima experiencia
que forma al hombre en relación con los demás, con
la naturaleza y con sigo mismo, en la medida en que le permite
la conversión armónica entre el interior y el exterior
y el equilibrio estético".
Hoy, a través
de la experiencia del constructivismo de Piaget y de Vigotsky,
se ha evidenciado al juego como un elemento que a través
de la interacción y la comunicación se vuelve clave
en el paso a nuevos niveles de desarrollo en los niños,
sin embargo la paradoja está en "cuando lo único
que se pretende es ganar, la actividad deja de ser un juego para
convertir en afán por trabajar, o por aprender; se pierde
el equilibrio formador y creativo que los pedagogos le asignan
a la función lúdica". Entonces ¿hasta
qué punto la lúdica afecta el aprendizaje en los
MICT y viceversa? o ¿Serán lúdica y aprendizaje
dos elementos contradictorios si de enseñar sobre ciencia
se habla?
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